Entre doméstico y comunitario

il-vicinato-Matera

Por un lado la casa. El hogar, el refugio, el lar junto al fuego. El espacio de lo íntimo. La habitación propia. Por otro lado lo construido en torno a un espacio abierto, a un patio, a una plaza, al lugar común. La mirada cruzada. Lo colectivo. Más allá la calle, el barrio, la ciudad.

La puerta de la casa es el umbral del mundo. En cada casa se construye una sociedad.

Queremos desnudar la casa de palabras que le son ajenas. Nombrarla de forma distinta. Hablar de vecindad en lugar de propiedad, de derecho en lugar de necesidad. De construir, de habitar. De ventanas que entran en la casa al mundo, en lugar de puertas que lo dejan fuera.

¿Cómo iniciar el camino? Creemos que un buen paso es demoler. Desmontar, deconstruir. Desdibujar el prejuicio de que el lugar donde vivir es inaccesible, inalcanzable y lejano. Borrar la idea de que construir un nido a nuestra medida es imposible. Después, buscar soluciones que acerquen la casa a los sueños de quien la va a habitar. Nuevas formas de promover. Cooperativa, cesión de uso, construcción en común.

Mucho camino por andar… ¿Empezamos?

Experiencias, palabras y pasos iluminantes en las páginas amigas Más que una casa y Habitares.