Un lugar como este se merecía un futuro mejor. La Cañada Real Galiana es una vía pecuaria que discurre entre La Rioja y Ciudad Real. El tramo que transcurre al sur de la ciudad de Madrid –distrito Vicálvaro– fue desde los años sesenta objeto de ocupación para la autoconstrucción de edificaciones irregulares en torno a un modelo no planificado de ciudad lineal. La zona es actualmente un área de asentamiento sobre suelo no urbanizable habitado por personas que están en muchos casos en riesgo de exclusión social. Pero un convenio de 2017 para gestionar y recuperar el área, firmado por varias administraciones, puede darle una segunda oportunidad a La Cañada.
Como parte de las actuaciones para conseguirlo, la EMVS del Ayuntamiento de Madrid quiere instalar un centro de actividades comunitarias. Y ahí entra nuestro equipo.
El reto principal es edificar en un espacio que, como hemos dicho, no es urbanizable. A esta dificultad se añade el hecho de que se busca un modelo de construcción moderno, desmontable y autosuficiente a la vez que sobrio y económico. Por pedir que no quede. En Arquitectura Comestible nos suena la situación. Ya sabéis: optimizar recursos y dar soluciones creativas.
Y en esas, la respuesta es una inteligente alternativa a las edificaciones fijas. Módulos prefabricados autosuficientes. Estos se disponen en una plaza que funcionaría como espacio público de uso cultural. Una plaza que supondría una mejora notable de la zona. Los propios habitantes de La Cañada serían los responsables de modificarla llevando a cabo su gestión. Y este espacio daría lugar a otro destinado a actividades y talleres. La misma suerte correrían los módulos, que se entregarían con una instalación básica para que puedan ser personalizados por los usuarios.
La propuesta se basa en las siguientes premisas:
– Industrialización. La prefabricación permite trabajar en taller y llevar los módulos ya montados al sitio. El tiempo en obra se reduce, la industrialización del proceso abarata costes y da muy buen resultado.
– Aplicación de metodología BIM, lo que permite dar al taller el despiece preciso de la prefabricación.
– Altos estándares de eficiencia energética. La propuesta integra energía geotérmica, intercambiadores entálpicos en la ventilación y sistema SATE de aislamiento exterior; reutilización de agua de lluvia y paneles fotovoltaicos. Es un edificio energéticamente autosuficiente y con prestaciones de aislamiento térmico superiores a los estándares que marca la nueva normativa para edificios de consumo casi nulo.
La propuesta responde a todas las necesidades de la rehabilitación de la zona. No se trata de un trabajo de urbanización. Mejora las condiciones de vida en la zona, la autosuficiencia ahorra gastos y es sostenible y respetuosa con el entorno de una zona que en su día estuvo caracterizada por la actividad rural y ganadera, y hoy demanda nuevos aires.